Es muy importante deshacerse del mito de que el café sirve para aliviar la borrachera, ya que el uso conjunto de la cafeína y el alcohol puede llevar a que una persona tome muy malas decisiones con consecuencias desastrosas.
Las bebidas alcohólicas tienen muchos efectos sobre el cuerpo, pero su intensidad depende de la cantidad ingerida y de otros factores, como el nivel de hidratación o si se bebe con el estómago vacío o lleno. Al principio, su efecto en el sistema nervioso central genera desinhibición y alegría, aunque en algunas personas desencadena la agresividad y violencia. Al continuar bebiendo, produce síntomas como la falta de equilibrio, dificultad para hablar o vómitos. En casos extremos se puede caer en un coma e incluso la muerte.
Cuando alguien bebe demasiado, generalmente se piensa que ofrecer una taza de café lo ayudará a recuperarse. Sin embargo, una investigación realizada en Estados Unidos encontró que este mito no es cierto ya que la cafeína no ayuda a recuperar la sobriedad. Para colmo de males, hace que la gente tenga menos conciencia del estado de ebriedad y, por lo tanto, esté más expuesta a sufrir un accidente.
Los científicos de la Universidad de Temple encontraron que el café no sirve para volver a estar sobrio, y encima aumenta las posibilidades de tener un accidente ya que hace más difícil que una persona tome conciencia de que está borracha. Las personas que sólo consumen alcohol, que se sienten cansadas e intoxicadas, tienen más posibilidades de reconocer que están borrachos. Por el contrario, los que tomaron tanto alcohol como cafeína pueden sentirse lo suficientemente despiertos y competentes como para lidiar situaciones potencialmente peligrosas, como manejar o enfrentar situaciones sociales delicadas, dijo Thomas Gould, uno de los autores.
Para comprobar este hecho, los científicos trabajaron con ratones adultos en su laboratorio. Les dieron diversas dosis de cafeína y alcohol, juntos o separados, y luego analizaron tres aspectos de su comportamiento: la habilidad para aprender, la ansiedad y cuánto se movían.
El alcohol redujo la ansiedad y la capacidad de aprendizaje y aumentó los movimientos, de manera directamente proporcional a la cantidad ingerida. La cafeína sola aumentó la ansiedad y disminuyó tanto el aprendizaje como el movimiento. Al tomarlos en combinación, resultó que el alcohol impidió que la cafeína incrementara el nivel de ansiedad, pero la cafeína no bloqueó el efecto negativo del alcohol sobre el aprendizaje. En síntesis, lo ratones estaban más relajados pero menos aptos para enfrentar cualquier tipo de amenaza.
Muy interesante, verdad?
0 comentarios :
Publicar un comentario