En el Instituto del Cáncer Dana-Farber, afiliado a la Escuela Médica de Harvard, científicos han extraído de la sangre de pacientes un tipo de glóbulos blancos llamados linfocitos, a los cuales han 'programado' en laboratorio para que memoricen y aprendan a combatir a las células cancerosas. Estos T tumorales son reinyectados al paciente.
Las pruebas, explican los investigadores en la revista Science Translational Medicine, han logrado permanecer en el torrente sanguíneo más de un año combatiendo al cáncer sin necesidad, en algunos casos, de someter a los pacientes a otros tratamientos tóxicos.
Los experimentos se llevan a cabo en pacientes con melanoma, la forma más letal del cáncer de piel, en etapas avanzadas de la enfermedad, con el tumor propagado desde la piel a otros órganos, lo cual no da una esperanza de vida mayor a un año. En la mayoría de los pacientes, de diferentes nacionalidades, la técnica no detuvo la diseminación del cáncer, pero sí encogió el tumor y dos años después ya no apareció en los escáneres.
Aún faltan más estudios en mayor cantidad de pacientes (en este caso sólo se hizo en nueve), pero este tipo de enfoque, llamado terapia adoptiva de células T, ya ha sido probado en el mundo como parte de la inmunoterapia, en algunos cientos de personas. Uno de los obtáculos observados es que las células programadas tienden a desaparecer cuando se inyectan al paciente; sin embargo, ahora se demostró que su vida puede ser extendida al prepararlas en laboratorio con una versión artificial de células que se encuentan de manera natural en el sistema inmunitario.
El siguiente paso será estudiar este tratamiento con otras terapias que aumenten el número y la efectividad de las células T. Los investigadores calculan que, de comprobarse la eficacia de esta técnica, podría estar disponible como tratamiento en unos cinco años.
Las pruebas, explican los investigadores en la revista Science Translational Medicine, han logrado permanecer en el torrente sanguíneo más de un año combatiendo al cáncer sin necesidad, en algunos casos, de someter a los pacientes a otros tratamientos tóxicos.
Los experimentos se llevan a cabo en pacientes con melanoma, la forma más letal del cáncer de piel, en etapas avanzadas de la enfermedad, con el tumor propagado desde la piel a otros órganos, lo cual no da una esperanza de vida mayor a un año. En la mayoría de los pacientes, de diferentes nacionalidades, la técnica no detuvo la diseminación del cáncer, pero sí encogió el tumor y dos años después ya no apareció en los escáneres.
Aún faltan más estudios en mayor cantidad de pacientes (en este caso sólo se hizo en nueve), pero este tipo de enfoque, llamado terapia adoptiva de células T, ya ha sido probado en el mundo como parte de la inmunoterapia, en algunos cientos de personas. Uno de los obtáculos observados es que las células programadas tienden a desaparecer cuando se inyectan al paciente; sin embargo, ahora se demostró que su vida puede ser extendida al prepararlas en laboratorio con una versión artificial de células que se encuentan de manera natural en el sistema inmunitario.
El siguiente paso será estudiar este tratamiento con otras terapias que aumenten el número y la efectividad de las células T. Los investigadores calculan que, de comprobarse la eficacia de esta técnica, podría estar disponible como tratamiento en unos cinco años.
Fuente:
Revista Muy Interesante..
0 comentarios :
Publicar un comentario